Los ácidos grasos Omega 3, n-3 Ácidos grasos Poli-insaturados (n-3 PUFA por sus siglas en inglés), son un tipo de lípido sintetizado por el fitoplancton y las algas, y que acumulan todas las especies marinas a lo largo de la cadena trófica (figura 2).
Los Omega 3 son ácidos grasos esenciales, es decir, nuestro cuerpo no los puede sintetizar y solo los podemos incorporar a nuestro organismo a través de la dieta, con la ingesta de pescado, marisco y algas, en forma de ácido Eicosapentaenoico y ácido Docosahexaenoico (EPA y DHA), así como de algunas semillas y aceites de vegetales terrestres, como las nueces, las semillas de lino, la colza o la soja en forma de ácido Alfa Linoleico (ALA)
En el medio marino, son sintetizados por el fitoplancton y las algas y, a través de la cadena alimentaria, se acumulan en los otros componentes de la cadena trófica, desde los invertebrados hasta los peces.
Dependiendo de la especie, los Omega 3 se almacenan en diferentes partes del cuerpo del pez:
En el pescado azul (atún, sardina, boquerón, etc) se acumulan en el músculo mientras que en los otros peces suelen acumularse en el hígado.
Los ácidos grasos Omega 3 también se encuentran en los suplementos dietéticos tales como el aceite de pescado, aceite de krill, aceite de hígado de bacalao, los aceites de algas, alimentos enriquecidos con EPA y DHA como los yogures, huevos o animales de granja alimentados con vegetales ricos en Omega 3.
Numerosos estudios científicos resaltan las propiedades beneficiosas que tienen los Omega 3 para la salud de las personas, como una reducción de las enfermedades cardiovasculares, los efectos protectores sobre ciertas condiciones neurológicas y la posible prevención de ciertos tipos de cáncer debido a sus efectos anti-inflamatorios.