Los ácidos grasos Omega 6 se encuentran en las carnes y los huevos. Son también ácidos grasos esenciales que tienen que estar presentes en una dieta equilibrada; sin embargo, así como los Omega 3 son precursores de agentes antiinflamatorios, los Omega 6 son moléculas precursoras de la inflamación, vasoconstricción y aumentan la agregación de las plaquetas (Figura 3).
El cambio en los hábitos dietéticos de los últimos 100-150 años ha llevado a incrementar el consumo de grasas saturadas y Omega 6, mientras que la ingesta de Omega 3 se ha reducido drásticamente, con proporciones Omega 6:Omega 3 muy desequilibradas de 10:1 o, incluso 20:1 (Por cada 20 Omega 6 se consume 1 Omega 3).
Muchos estudios evidencian que las recomendaciones saludables entre la ratio Omega 6: Omega 3 se encuentra en 1:1 o, como mucho 2:1 (2 Omega 6 por cada Omega 3 consumido), ya que un exceso de Omega 6 puede comportar problemas para la salud tales como incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o desarrollar ciertos tipos de cáncer.
Por ello es necesario aumentar la ingesta de pescado respecto a las carnes rojas y, por tanto, la ingesta de Omega 3 respecto a los Omega 6.