Actualmente las infecciones víricas son en todo el mundo un problema para la salud de las personas. Virus de los que no se ha descubierto ninguna cura, como el VIH, el ébola, la gripe aviar o la gripe A, son causantes de millones de muertes en todo el mundo. Es necesario pues seguir investigando para encontrar nuevas moléculas que ayuden a combatir estas infecciones y, si es posible, encontrar una vacuna.
Aunque hasta el inicio de la cría de peces en piscifactorías los efectos de los virus sobre estos aún no habían sido muy estudiados, ahora el negocio de las piscifactorías es uno de los que más crece en todo el mundo y los virus son los que causan una mayor mortandad entre peces. Cada vez son más los estudios que apuntan hacia las especies marinas como fuente de nuevos medicamentos con potencial antivírico.
Un ejemplo sería la escualamina obtenida del hígado de la mielga (Squalus acanthias) y de la lamprea marina (Petromyzun marinus) que desplaza algunas proteínas de las membranas intracelulares de las células huéspedes del virus, cambiando así su carga e impidiendo la replicación eficiente del material genético viral, ya sea DNA como RNA.
Otro ejemplo sería en una especie de pepino de mar llamada Holothuria atra, recogidos en el Golfo Pérsico (Irán), que muestran actividad antiviral contra el HSV-1 (Herpes Simplex Virus). Estos resultados sugieren que en otras especies del género Holothuria autóctonas del Mediterráneo, como por ejemplo Holothuria polii y Holothuria tubulosa, podrían mostrar una actividad antivírica similar.