Los organismos sésiles o aquellos que presentan movilidad reducida son los que son más susceptibles a sufrir infecciones por hongos. Estos organismos, donde encontraríamos, entre otros, poríferos, ascidias, bivalvos y equinodermos, presentan mecanismos de defensa antifúngicos para protegerse de ellos.
Dentro de estas especies que se ha encontrado moléculas con potencial antifúngico encontramos la ascidia Clavelina oblonga, las esponjas Spongia officinalis y Axinella damicornis, entre otros, y los equinodermos Holothuria polii y Stichopus regales.
El estudio de estas especies es pues clave para obtener nuevos compuestos que ayuden a combatir las infecciones por hongos en humanos y que, por tanto, repercutan en efectos beneficiosos para la salud. Estas infecciones van desde las más comunes como el pie de atleta y la candidiasis hasta las más graves, que afectan principalmente a las personas inmunodeprimidas, como un aspergiloma, producida por un hongo del género aspergillus.