Todos los animales presentan genes promotores de la proliferación celular y, por tanto, genes que controlan la división celular a través de moléculas supresoras de tumores. El cáncer es una de las enfermedades no infecciosas con mayor incidencia y mortalidad entre la población mundial y, por tanto, el tratamiento y cuidado de esta enfermedad es prioritario para el sector médico y farmacéutico. Las células cancerígenas evolucionan a diario, y esta enfermedad se comporta completamente diferente según la localización del tumor y el paciente afectado. Es por ello que se necesita descubrir nuevos tipos de tratamientos y medicamentos, que complementen o sustituyan la agresiva quimioterapia, para el tratamiento del cáncer.
En estos últimos años están siendo descubiertas nuevas moléculas con potencial antitumoral en una gran cantidad de organismos sésiles y estos son actualmente el punto de mira de las empresas farmacéuticas para sintetizar nuevos medicamentos para luchar contra el cáncer. Dentro de estos grupos destacan especialmente las gorgonias del género Eunicella, como Eunicella singularis y Eunicella cavolini y la Leptogorgia sarmentosa. Estos resultados sugieren que otras especies de gorgonia del género Eunicella podrían ser candidatas a presentar también potencial antitumoral, como por ejemplo la Eunicella verrucosa, que ya presenta potencial citotóxico. Entre otras especies que también presentan este tipo de potencial también encontramos las esponjas Spongia officinalis y Spongia agaricina y la Axinella damicornis, sugiriendo que más poríferos de estos géneros podrían sintetizar moléculas con potencial antitumoral.
Algunas especies de peces también presentan moléculas con propiedades antitumorales y convendría protegerlas, ya que se encuentran amenazadas. Es el caso de la aguja de mar (Syngnathus acus), un pez habitante de la posidonia, que cada vez ve más destruido su hábitat, o el atún rojo (Thunnus thynnus), especie terriblemente amenazada por sobrepesca.