En este sentido, la práctica de actividades en un ecosistema marino, ya sea desde relajarse o caminar por la playa hasta hacer submarinismo o pesca recreativa, puede conllevar efectos beneficiosos para la salud y el bienestar de las personas en diferentes maneras.
La práctica de actividades físicas es ampliamente sabido que ya es, en sí, beneficiosa para la salud. El deporte, aparte de mantenernos en buena forma física, ayuda a prevenir enfermedades tan graves como la obesidad, enfermedades coronarias y reducir factores de riesgo cardiovascular e, incluso, hay algunos estudios que indican que puede tener potenciales efectos beneficiosos en la lucha contra diferentes tipos de cáncer. Con todo, los beneficios que pueden conllevar las actividades recreativas en un entorno costero para el bienestar mental de las personas aún no han están bien estudiados. Hay estudios recientes que indican que la práctica de deportes en un entorno natural, sobre todo en la costa y en el mar, como en la iniciativa "Blue Gym", aparte de contribuir en la salud física también ayuda en el bienestar y la buena salud mental de las personas. Así, estas actividades pueden contribuir a prevenir enfermedades como la depresión y el estrés, ayudando a la recuperación de otras enfermedades; incluso hay estudios que indican una posible mejora cognitiva de las personas con enfermedades tan graves como el Alzheimer.
En este sentido, un estudio reciente efectuado en la costa Inglaterra demuestra que las personas que viven cerca la costa llevan un estilo de vida más saludable en comparación con las personas del interior, hacen más actividad física y sufren menos estrés y depresión. A pesar de estos estudios, estos efectos en las costas mediterráneas, donde el turismo es un sector económico clave, aún no se han investigado. Hoy en día el Mediterráneo es una de las zonas más turísticas del mundo, representando casi un 35% de las llegadas internacionales de turistas y los ingresos del sector a nivel mundial. La costa mediterránea ofrece para estos visitantes un entorno para la relajación y la práctica de actividades físicas, que se traduce en placer y que contribuye a la salud de las personas indirectamente. La práctica de actividades recreativas en el mar es uno de los principales atractivos para estos turistas que buscan disfrutar de nuestras aguas. Entre ellas encontramos el submarinismo, la náutica de recreo, el kayaking, la pesca recreativa, el avistamiento de delfines y ballenas o incluso pasear junto al mar. En este sentido, se necesitan nuevos estudios para demostrar la contribución del turismo a la salud de las personas de manera que lleguemos a lograr un turismo sostenible y saludable.
En muchos lugares de la costa europea, el uso del agua de mar por razones terapéuticas proliferó a finales del siglo XVIII con el establecimiento de sanatorios y balnearios marítimos, y fue habitual hasta la década de 1920. Los profesionales sanitarios aconsejaban entonces "baños de mar" para tratar diferentes problemas óseos, respiratorios, circulatorios, etc. A partir de entonces, la playa y la costa se convirtieron en lugares de ocio. Actualmente, diferentes estudios están redescubriendo la importancia de las actividades de ocio en la playa y en el mar para la salud de las personas, siempre y cuando se adopten las medidas oportunas de protección (como por ejemplo frente a la exposición solar, teniendo en cuenta que los cánceres de piel son cada vez más frecuentes).
Los espacios naturales pueden ayudar a reducir el estrés, promover la actividad física, el deporte, y las relaciones sociales, mejorando así la salud física y mental de las personas. Estas son algunas de las evidencias según diferentes estudios efectuados:
Los beneficios para la salud que se obtienen de la práctica de actividades recreativas en el mar (buceo, kayak, vela, natación, etc.) y en la costa (pasear o correr por la playa y los caminos costeros, etc.) comienzan a ser evidentes. Algunos de estos beneficios pueden llegar incluso a ser mayores que los beneficios obtenidos por la práctica de actividades recreativas en entornos naturales terrestres.
La natación en general puede permitir una reducción de la ansiedad causada por el estrés . La natación también puede mejorar diferentes aspectos psicológicos de niños y niñas autistas.
Aunque la mayoría de estudios se han hecho en ambientes interiores, las pocas investigaciones que hay en ambientes naturales concluyen que la natación en aguas frías es una actividad que puede contribuir a un estilo de vida saludable, y se relaciona con una menor prevalencia de obesidad entre los nadadores en comparación con la población general.
La práctica del kayak puede mejorar la capacidad de equilibrio con la activación de los músculos del torso a través del movimiento de pala. Por este motivo, el kayak se considera efectivo para la mejora del equilibrio y la prevención de caídas en personas mayores.
La vela adaptada puede aportar experiencias positivas a las personas con discapacidad. Es una herramienta de integración social y puede proporcionar beneficios de salud física y psicológica, así como un contacto directo con el deporte y la naturaleza, reforzando la cohesión del grupo, creando nuevos vínculos y amistades.
El buceo tiene el potencial de beneficiar a personas heridas en la guerra en términos de alivio del dolor crónico y los síntomas de depresión . En general, los beneficios del buceo para la salud mental parecen ser más importantes que la práctica de otros deportes.
Además, varios monitores y guías de buceo experimentados han observado posibles mejoras de salud física y mental en personas parapléjicas, con dolor crónico, con enfermedad de Parkinson o bien con autismo, cuestión que habrá que confirmar en el futuro con estudios científicos.
Los Espacios Azules ( "Blue Spaces" en inglés) son todos aquellos entornos exteriores con agua accesibles a los seres humanos, directa o indirectamente (por ejemplo viendo el mar o escuchando el ruido de las olas) . Aunque la exposición a los espacios azules puede promover la salud y el bienestar, aún no se conocen bien los motivos. Habrá que seguir estudiando como el mar y el estilo de vida cerca del mar puede contribuir a que vivamos más años de la manera más saludable.
En otro sentido, un periodista de la revista National Geographic definió los espacios azules o "Blue Zones" como zonas donde la gente vive en promedio más años que el resto (con presencia elevada de personas centenarias) y con mejor calidad de vida. Muchas de estas zonas se sitúan en ambientes costeros, a menudo islas, tales como Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica) e Icaria (Grecia). Parece ser que el mar, entre otras cosas, ofrece un ambiente singular donde, junto con otras variables, contribuye a aumentar la longevidad.